Después de unos cuantos meses de inactividad vamos a empezar con una receta muy otoñal, ya que estamos en época de calabazas. La de la foto es del huerto de mis padres y hermano, que como veis puede dar de comer a una familia entera durante muchos días. En mi caso yo la suelo congelar ya pelada y troceada para que no se me estropee y así me resulta muy cómodo hacer los purés.
Esta variedad de calabaza es un poco insípida, por eso la he acompañado de un poco de queso rallado, en este caso queso Idiazábal, que le da un toque diferente, y un chorrito de aceite de albahaca. Puedes añadirle quesitos o nata líquida, aunque aumentarás las calorías. Es una receta súper fácil, sana y con muy pocas calorías.
Se la quiero dedicar a mi sobrino Eduardo, que este año está de Erasmus en Riga y no por eso quiere dejar de comer sano.
Y también a mi hermano, por regalarme esta hermosura de calabaza y otras muchas más verduras que cultiva durante todo el año.
Ingredientes
-1 puerro
-2 cucharadas de aceite de oliva virgen (AOVE)
-500 gr de calabaza
-2 patatas
-2 quesitos (opcional)
-Queso (cualquiera que tengas en la nevera)
-5-6 hojas de albahaca
-100ml de AOVE
-sal
Lavar y cortar el puerro en rodajas finas. Pelar y cortar la calabaza y las patatas en trozos pequeños. En una olla poner las dos cucharadas de aceite y cuando esté caliente dorar toda la verdura, echar un poco de sal y tapar y cocinar a fuego muy bajo (en inducción yo lo pongo en el 2-3), durante 10 min. Después añadir agua, que no lo cubra del todo y cocinar unos 20 minutos más o hasta que la verdura esté blandita. Si lo haces en la olla express con 10 minutos será suficiente. Añadir los quesitos. Rectificar y pasar por la batidora y reservar.
Para el aceite de oliva poner el aceite y las hojas de albahaca en el vaso de la batidora y hacer una emulsión.
Servir el puré en una taza, rallar el queso y poner un chorro del aceite de albahaca.
Si te sobra aceite de albahaca, te puede servir para aliñar una ensalada o una pasta.
Se puede servir frío o caliente, aunque para las noches de Riga creo que una buena taza de puré caliente os vendrá de miedo.